La Mártir

La mártir, el oscuro secreto de la manipuladora

                 

                 Sta Agueda

 

 

Un personaje socialmente admirado y adherido a las entrañas del rol de la buena mujer.

 

Hay frases en las que podemos reconocer al arquetipo de la mártir, “pobre todo le pasa a ella”, que mala suerte tiene, o aquellas en primera persona: " yo lo aguanto todo, comprendo a todo el mundo, es culpa mía…"

Y así un largo etcétera de frases y creencias en las que la mártir se hace protagonista indiscutible aunque sea por aguantar lo indecible, por ser tonta que no buena, y aguantar, soportar y consentir asedios y mal-tratos de parte de todos.

La mártir en su definición es: “Persona que padece sufrimientos, injusticias o privaciones por alguien o por algo, especialmente si los padece con resignación”. Hasta aquí todo lo que conocemos como el mártir social, pero su etimología nos esconde algo curioso, la palabra mártir etimológicamente se define como testigo. El catolicismo nos lo explica como aquellos humanos que han defendido la palabra y fe en su filosofía hasta la muerte y siempre con resignación, o sea sin lucha. Lo que llamamos un sacrificio consentido.

Pero en lo social, en las cunas familiares sobre todo de origen cristiano encontramos el arquetipo de la mártir generalmente en el perfil de la madre abnegada, todo terreno o como ahora se dice multitasking. Es un extraordinaria madre, flamante esposa, buena hija, conciliadora amiga y emprendedora o mujer de negocios. Y todo porque se ha sacrificado, sufre, se priva y esta resignada, pero,

¿De qué? A que se priva, ¿qué ha olvidado, de quién no se acuerda?  De sí misma.

¿De que ya no es testigo? De su vida.

Ella es la pieza olvidada, y a la vez la llave secreta para salir de esa espiral.

La mártir no sabe vivir sin que le pasen cosas, por eso buscara en relaciones toxicas, duras y energéticamente caóticas su ración diaria de cosas a las que debe resignarse. Que hay un problema, será su culpa. ¿Qué ha aparecido alguien que necesita ayuda? Pospondrán sus necesidades en pos del pobre ser que necesita ser salvado. Una y otra vez lo único que hacen es lapidar con cien capas el mirarse a sí mismas. Hablo en femenino porque soy mujer y he visto mucho este arquetipo en el aspecto femenino del ser humano. Y hablo de lo que sé, de lo que he transitado  y con lo que he vivido, dormido y despertado.

 

Generalmente la persona que está en esa resonancia ha aprendido a ser eso. Ha sido atendida y vista cuando hacia algo de esa índole y eso le ha confirmado que era el camino para ser vista y reconocida en su casa familiar, generalmente. La niña  buena, consentidora que nunca debe alzar la voz aun cuando no era escuchada se resignará a que es parte de la vida ser alguien no oída o reconocida. Lo normalizará. Acallará sus dones y sus brillos pero ojo, las ganas, el sentir no se quedará quietecito. Urdirá planes en el sótano de tu ser, para llegar a ser, sin ser vista. Para tener el alivio y la medalla de la mirada y  la palmadita en la espalda y ahí queridas, nace la manipuladora. Es la sombra secreta que no quiere ser dirigida, que no se siente bien con cruzarse de manos pero le falta algo para mutar a algo más elevado, valentía.

Y no para mandar, o decir lo que se debe o no hacer. Valentía para amarse y decir NO. Valentía para poner sanos limites y no aceptar mas relaciones que no nutren ni enriquecen tu vida. Les falta coraje para decir en voz alta lo que sienten, porque temen hacer daño se suele decir. Pero no es verdad, lo que temes es la respuesta, el conflicto, lo incómodo, lo incontrolable, lo que no sabes, dejar de ser la guay incluso. Es un hecho, si nunca fuiste vista aprendiste a vivir en las sombras, y desde ahí una de las maneras de relacionarte es la manipulación.

La mártir que todo lo acoge en su fe maravillosa, y que no le importa sangrar por todo lo que ama, bla bla bla, manipulará a todo lo que le rodea para crear esas situaciones y salir protagonista ensalzada de las historias.  Adora escuchar esas frases de “oh es que eres tan buena, lo das todo, cuanto ayudas a todos “ah y las fotos de Instagram que den prueba gráfica de todo esto. Uno de los problemas es que la mártir es un rol muy voraz. Cada vez necesita mas frases de apoyo y admiración, que la gesta sea más grande, mas heroica, y el hecho de tener que publicitar socialmente aunque en sea en el chat de familia, las gestas quijotescas que haga, acabará explotando en su cara. No hay equilibrio en la mártir.

 

Ahora bien, la mayoría de personas que hemos sido excluidas, ovejas negras, rebeldes, desterradas o simplemente no seguimos el camino oficial del canon, es muy probable que tengamos esa sombra o alguna muy parecida anidando en nuestra querida parte oscura. ¿Y cómo te das cuenta? Porque lo veras en otros, espejito, espejito… O porque al leer estas líneas dirás ostras, me toca, me toca. O al revés porque no soportaras a las personas así. Generalmente lo ves en otros y lo identificas cuando ya lo has transitado. No te enfada, no caes en ello, sabes poner ese limite sano y amoroso. Pero si te toca de alguna manera respira y ve a darte un paseo con esa mártir y escúchala, a menudo todo lo que la conforma es haberse sentido sola y no escuchada.

Y de eso todas, sabemos algo.

La compasión es la llave.

 

ASIA MOANA